¿Cómo cuidar la lavanda?

La lavanda es un arbusto perenne de la familia de las lamiáceas que contiene unas 60 especies diferentes. La gente suele asociar la lavanda con dos rasgos específicos: su aroma y su color púrpura. La lavanda es generalmente asociada con el color púrpura o violeta azulado, sin embargo, las flores pueden ser también blancas, azules o rosas.

La lavanda tiende a crecer en zonas soleadas y rocosas y es nativa de las montañas de la región del Mediterráneo, aunque en la actualidad también crece en América del Norte y Australia. Su nombre deriva de la raíz latina lavare, que literalmente significa "lavar" y el primer uso registrado de lavanda se remonta al antiguo Egipto, donde el aceite de lavanda desempeñó un importante papel en el proceso de momificación.

Cómo cuidar la lavanda

Desde la antigüedad, la lavanda se ha utilizado para tratar diferentes enfermedades como la ansiedad, el insomnio, los dolores de cabeza, el acné, las nauseas o el dolor de muelas entre otros. En la actualidad la lavanda es comúnmente utilizada en aromaterapia. Se asocia la fragancia de los aceites esenciales de lavanda para ayudar a relajarse y a reducir el estrés y la ansiedad.

En el siguiente artículo aprenderás cómo cuidar la lavanda y trucos para que crezca sana y fuerte.

Sustrato para la lavanda

Cómo cuidar la lavanda - Plantación

Tanto si vives en un clima calido y seco como si vives en una región costera y fría, la lavanda requieren básicamente de los mismos cuidados, un suelo adecuado y una ubicación soleada. Las plantas de la lavanda necesitan recibir sol directo por lo menos durante 6 horas al día.

La lavanda, al igual que el romero, requiere de un sustrato alcalino (es decir con un pH alto) y bien drenado para la mayoría de variedades. Si el sustrato es ácido, puedes optar por añadir alguna sustancia alcalina como la cal para elevar el pH, aproximadamente un puñado de cal por metro cuadrado a principios de primavera debería ser suficiente para aumentar el pH.

Para asegurar un buen drenaje, puedes mezclar a partes iguales tierra con arena de río. Los suelos que no drenan suficiente, generan tierras muy húmedas. La lavanda no tolera bien la humedad, especialmente en invierno, donde puede tener un efecto muy malo en la planta con las heladas, en la que el agua se congelará y estropeará las raíces.

¿Dónde colocar la lavanda?

La lavanda crece bien con el sol directo y con buena circulación de aire, por tanto, al cuidar la lavanda deberás buscar un lugar soleado o que esté al sol durante la mayor parte del día. En zonas muy secas o con temperaturas altas, es recomendable que por la tarde esté refujiada del sol directo aunque con mucha luz. Evita plantarla bajo grandes árboles que roben el sol directo a la planta durante todo el día ya que no crecerá si no recibe suficiente sol.

Esta planta puede soportar una lluvia abundante pero el suelo tiene que ser suficientemente poroso como para que sea capaz de drenar bien y secarse rápido. Esta es la razón por la que es importante que haya circulación de aire entre plantas. Al elegir dónde plantar una lavanda, deberás tener en cuenta el tamaño y forma de la planta adulta ya que el hacinamiento de plantas impide la circulación del aire entre ellas.

La lavanda se suele plantar en grupos de tres en forma de pequeño triángulo, dejando por lo menos medio metro entre plantas para las variedades más grandes. Si estás pensando en utilizar la lavanda como seto, por ejemplo para cubrir el borde de un camino o calzada, las plantas deberán estar plantadas a una distancia de unos 30 centímetros como mínimo en las variedades de plantas medianas.

Cómo plantar la lavanda en jardín

Para plantar la lavanda en el jardín, debes seguir los siguientes pasos:

  1. Busca un lugar con unas condiciones de sol directo y espacio suficiente para el crecimiento de la lavanda adulta.
  2. Cava un agujero suficientemente profundo y añade una capa de harina de huesos mezclada con un sustrato adecuado. Recuerda que el sustrato adecuado tendrá un pH alto, en torno a 7, y drenará bien, por ejemplo una mezcla de tierra y con arena de río.
  3. Llena el agujero con agua y deje que se escurra.
  4. Coloca la planta en el agujero a una profundida tal que la planta sobresalga lo mismo que en la maceta en la que la has adquirido.
  5. Cubre el agujero con el sustrato y presiona bien para que la tierra se asiente.
  6. En condiciones secas, riega el suelo alrededor de la planta sin encharcarlo.
  7. Controla la planta en las primeras semanas, sobre todo si el clima es seco.

La lavanda plantada en macetas

El cultivo de lavanda en maceta es una práctica habitual y no hay ningún problema en cultivar lavanda en macetas sin problemas siempre y cuando se respeten sus necesidades. Para plantar una lavanda en maceta deberás tener en cuenta los siguientes puntos:

Cómo cuidar la lavanda en maceta
  • Utiliza una maceta grande de unos 30 o 40 centímetros de diametro.
  • La maceta debe contar con buenos agujeros de drenaje. Si no los tiene deberás hacerlos tu mismo/a.
  • Coloca grava gruesa en la base de la maceta para favorecer el drenaje del agua.
  • Las macetas de barro o terracota son las más recomendables debido a la porosidad del material que evita que el agua se estanque.
  • Deberás utilizar un abono soluble rebajado a 1/3 de la potencia indicada por el fabricante o un abono en gránulos de liberación lenta.
  • Las plantas bajas son excelentes para el cultivo en macetas, pero ten cuidado con las variedades Stoechas y Romero que contiene raíces fibrosas y vigorosas. Estas especies requieren de trasplantes una vez al año.

El riego de la lavanda

La lavanda es una planta fácil de cuidar en lo que a riego se refiere. En plantaciones extensas, la lavanda puede aguantar la ausencia de agua y aguantar la época de lluvias siempre y cuando sean de 300ml anuales. Únicamente requerirá el riego en el momento en que se plantan los esquejes y durante el tiempo en que se forman las raíces.

Si se la lavanda recibe un riego moderado durante los meses de crecimiento, la planta doblará el tamaño de las que crecen en secano. El riego más indicado para estas plantas es el gota a gota y deberá descartarse siempre el riego por aspersión ya que la planta puede desarrollar hongos y enfermedades. La planta aguanta bien lluvias abundantes siempre y cuando la tierra drene bien y la zona no se encharque.

En la lavanda plantada en maceta, necesitará un riego regular una vez a la semana o cada 10 días, sobre todo en la época más cálida. En la época de inactividad, puedes espaciar más los riegos.

¿Debo abonar la lavanda?

La lavanda requiere de poca fertilización externa, aunque algunos nutrientes favorecerán la floración. Puedes abonar con un poco de potasa alrededor de la base de las plantas, lo que animará la floración y mejorará el color de la flor. Evita los abonos orgánicos como estiércol o piensos de alta concentración de nitrógeno. Estos componentes harán que tu lavanda crezca débil y con los tallos abiertos.

Abonar la de manera inadecuada estimulará el crecimiento de demasiadas hojas y hará las flores menos fragante. Curiosamente, un suelo no demasiado abonado estimula la concentración de aceites esenciales en la planta y resultará en unas flores más olorosas.

Sólo se aconseja añadir algo de fertilizante en la lavanda plantada en maceta o en tierras muy muy malas. Siempre que utilices fertilizante, házlo a un tercio de la potencia recomendada por el fabricante.

¿Cómo podar la lavanda?

Cómo cuidar la lavanda - Poda

La poda de la lavanda no debe confundirse con la cosecha de la flor de la lavanda. Al cuidar una lavanda, querrás mantener una forma adecuada en el arbusto, sobre todo si lo estás cultivando como seto para adornar un camino, esto lo conseguirás con la poda adecuada.

La poda se puede hacer a principios de primavera o en otoño, siempre antes y después de la época de crecimiento. La poda de la lavanda se limita a mantener la forma y el aspecto deseados. Siempre que sea posible, no podes la lavanda a más de la mitad de su tamaño inicial. Justo después de la poda, tu planta puede presentar un aspecto pobre pero en poco tiempo verás como aparecen nuevos brotes.

Parte del cuidado necesario de la planta, pasa por eliminar las flores marchitas de la lavanda. Eliminar las flores tiene dos propósitos, por un lado previene la aparición de hongos y enfermedades y por otro favorede la aparición de una nueva ronda de flores.

Los tallos que quedan después de la poda podrás utilizarlos como esquejes para generar nuevas plantas de lavanda. Otra práctica habitual es crear bolsas de olor dejando secar las hojas y flores y colocándolas en bolsitas.

Artículos relacionados con ¿Cómo cuidar la lavanda?

Las cookies nos permiten ofrecer nuestros servicios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso. Más información.